mantenimiento de piscinas lona inviernoPues sí, eso de las piscinas de sal suena muy pero que muy sugerente, verdad?? Es como una especie de sueño exótico tener una, como disfrutar de un pequeño trocito de mar en casa. ¿Estás aburrido de tener que añadir cloro cada poco tiempo? ¿A tus hijos se les irritan los ojos o la piel? Pues ya sabes, anímate a tener una piscina de cloración salina.

De momento, este método de tratamiento del agua también llamado eletcrólisis salina, no es muy frecuente en España, tan sólo un 15% de las piscinas lo tienen, sin embargo, cada vez más instalaciones deciden apostar por este sistema, tanto en piscinas públicas como privadas. Fuera de nuestras fronteras, es mucho más habitual encontrarlas, de manera que ya imaginarás que si esto es así será porque realmente tiene ciertas ventajas con respecto a las piscinas de siempre.

Sal vs. Cloro

Muchas son las diferencias entre las piscinas tratadas con sal y las de cloro «tradicional», pero sin duda la más importante es que los sistemas de electrólisis salina destruyen durante todo su periodo de funcionamiento las cloraminas resultantes de la reacción de las aminas formadas por contaminación de los bañistas (sudor, secreciones, aceites solares…) con el hipoclorito sódico. En los sistemas de tratamiento tradicional, ya sea con cloro líquido o con pastillas multiacción, esto no ocurre así; las cloraminas junto con los residuos de los isocianuros que se echan al cloro para conservarlo, son las causantes de la irritación de la piel y los ojos y del desagradable olor químico del agua. 

El desinfectante es parte fundamental para el mantenimiento del agua de una piscina, está claro. Por eso, las piscinas de agua salada aprovechan esta sal para generar cloro desinfectante mediante los cloradores salinos -a través de la electrolisis generan cloro en forma de gas que se disuelve en el agua para evitar que se estropee-.

Si eres un vehemente de la conservación del medio ambiente, no tienes que preocuparte de residuos ni contaminantes, en este proceso generamos hipoclorito, que luego se descompone para volver a convertirse en sal, la sal común, la que consumimos en nuestra dieta. Es un ciclo limpio y garantizado.

Cuando hablamos de agua salada en las piscinas, tenemos que saber que diluimos de 4 a 6 kilogramos de sal por cada metro cúbico, de manera que la concentración salina es muy inferior a la que existe en el agua de mar (una décima parte menos salada). Dicen los expertos que la salinidad del agua en una de estas piscinas equivale a la que tenemos en las lágrimas de nuestros ojos.

¿Puedo convertir mis piscina en una de agua salada?

Esta es una de esas preguntas que se hace mucha gente y la razón fundamental por la que, de momento, en España estos sistemas no tengan demasiado predicamento. Como es algo desconocido, no todo el mundo se atreve a dar el paso y cambiar. Pero debes saber que el clorador salino puede adaptarse a cualquier piscina, del tipo que sea -incluso en las desmontables-. La instalación es sencilla y rápida. Puedes hacer el cambio de tu piscina convencional a una de sal en muy poco tiempo.

Las ventajas de la piscina de agua salada

Luego hablaremos de algunas «desventajas», que también puede ser útil conocerlas, pero antes, abrimos los ojos, y nos centramos en los beneficios y bondades de la cloración salina.

  • Mejora la calidad del agua. Así es, ya que la sal reduce la concentración de productos químicos, es mucho más sencillo controlar los niveles de pH (no te olvides de observarlos y mantenerlos en los márgenes que te indique al instalar el clorador). Se acabó eso de salir del agua con los ojos inyectados en sangre o que tu piel se irrite por el exceso de cloro (la piel absorbe estos químicos). Además, el agua no tiene sabor, ni el típico olor a piscina con el que siempre salimos tras los baños. Además, protege la abrasión del pelo y ese tacto áspero que deja el cloro, tu bronceado será más cool y natural y no destiñe la ropa de baño.
  •  piscina con salExige menos mantenimiento. Sólo hay que preocuparse de la reposición de la sal, tanto que incluso, en algunas instalaciones puede que tengamos que agregar la sal una vez por temporada. Si eres olvidadizo o algo más descuidado, una piscina de sal es una elección perfecta para olvidarte de qué y cuántos productos debes poner en el agua para tener el agua de tu piscina en condiciones saludables. Además, los cloradores salinos que instalamos en Piscinas Iguazú, están dotados de un sistema de aviso que nos indicará el nivel de salinidad y el momento en que toca reponer sal al agua.
  •  Lo decíamos antes. Es un sistema completamente compatible con el medio ambiente. Es mucho más ecológico ya que no emplea productos químicos. Además, evitamos tener que manipular o almacenar productos químicos (sobre todo si tenemos niños en casa, que ya sabes que lo tocan todo).
  • Aunque el coste inicial suele ser más elevado que el de una piscina tradicional, la inversión de origen para tener una piscina de sal se amortiza en muy poco tiempo, ya que con este sistema tendremos que gastar menos dinero en mantenimiento y productos de conservación del agua. Y como cada vez hay más piscinas salinas, el coste de recambio de la célula electrolítica va disminuyendo con la demanda.
  • Las dichosas algas! en una piscina de sal, las algas no tienen cabida, la cloración salina elimina todo tipo de opciones de crecimiento de estas molestas y muy frecuentes formas de vida que se instalan sin nuestro permiso en cualquier rincón de la piscina. Además, bañarse en agua con sal transmite otras sensaciones. Tienes que probarlo!!!
  • En invierno, la sal evita en gran medida la congelación del agua.

piscina tratada con salComo desventaja, hay que mencionar que no a todo el mundo le guste esa sensación salada en los labios, y aunque la concentración sea muy baja, siempre queda ese regustillo -prácticamente imperceptible-. Desde luego, y aunque, como decíamos antes, la inversión inicial es más alta, esto puede resultar en principio una desventaja, pero luego, con el tiempo, entenderás que has conseguido un importante ahorro a medio-largo plazo. Sobre todo si tienes una piscina de grandes dimensiones.

Con este artículo no pretendemos despreciar ningún otro sistema, ni pretendemos proyectar este tipo de instalación como la mejor y única opción. Por supuesto, todo depende de la calidad de origen del agua que ponemos en nuestras piscinas. Hay aguas con mucha cal o con menos, y con mayor o menor concentración en sales minerales. En cualquier caso, recuerda que siempre debes usar agua corriente, no pongas aguas de pozo o de manantial, porque afectará al perfecto funcionamiento de tus dispositivos. Si el agua con que llenas el vaso de tu piscina de sal tiene mucha cal, seguramente aparecerán manchas en sus bordes.

Por todo esto y por otras muchas razones,  nuestro consejo es que si te seduce la idea de tener una piscina de sal, ten pongas en contacto con una empresa experta, y de confianza que te asesore y te indique qué sistema necesitas. Aquí, como en todo, la tecnología avanza a pasos de gigante. Los equipos de hace unos años, no tienen nada que ver con lo que actualmente ofrece el mercado. Evita elegir por ti mismo el dispositivo, todo dependerá del tamaño de tu piscina, del tipo de agua que tengas…

Si quieres saber más, o de una manera más concreta determinadas cuestiones para convertir tu piscina en una de sal, estaremos encantados de atenderte. Te asesoramos y explicamos pros y contras en función de lo que estés buscando. Siempre con la mayor claridad, sinceridad y ganas de tener otro cliente satisfecho. Oye, y si te gusta el artículo, no te lo pienses: compártelo!! 🙂

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