¿Te acuerdas de tus vacaciones de verano? nosotros apenas tampoco. El otoño termina y el clima ya no está para salir en mangas de camisa. Hace rasca. Empezamos a ver nieve en la sierra y añoramos el calorcito, el sol, el buen tiempo. Sin embargo, y a pesar del frío, tenemos una propuesta: ¿nos damos un baño en la piscina de agua fría? Venga, no hagas pereza, el agua fría tiene unos cuantos beneficios para tu salud. 

Todos los años, por Navidad (que ya está cerca), nos ponen por la tele imágenes de gente que nada en aguas heladas. Y siempre, en cada casa, decimos: «pero qué locura. Para qué se bañan en una piscina de hielo?!!». Suele ser frecuente en países del norte de Europa y Rusia. Pero es que eso de nadar en una piscina de agua fría tiene una serie de ventajas para nuestra salud que tenemos que conocer.

Pero no te creas que esto de nadar en agua helada es algo nuevo. Históricamente, el agua fría era parte de la cotidianidad. Raro era que alguien tuviera agua caliente para darse un baño. Incluso entre los soldados de la Grecia clásica, no bañarse en agua helada era síntoma de debilidad.

Ya lo sabemos, cuesta mucho echarse al agua fría sin temores. Pero hacerlo supone unos cuantos beneficios para tu salud y tu organismo.

Beneficios de una piscina de agua fría

No es cosa nuestra, está contrastado y se recomienda un baño de agua fría con cierta frecuencia porque:

  • Despierta tu organismo. Al meternos en la piscina, nuestro cuerpo reacciona para calentarse y empezarás a tiritar y tus músculos se pondrán en tensión. ¿A que no puedes dormir teniendo frío?
  • Activa el sistema inmunológico. Además de tiritar, que eso tampoco se puede evitar, se activa la producción de glóbulos blancos, las células que protegen el cuerpo de las infecciones. Según un estudio del Journal of Sports Medicine, también se aniquilan ciertos virus y productos de desecho de nuestros tejidos.
  • Al sentir el helor del agua, nuestro corazón se acelera y tratamos de respirar y exhalar con más intensidad, estimulando así nuestro sistema respiratorio. Al intercambiar más aire, tenemos más flujo de oxígeno y nos sentimos mucho más enérgicos. Prueba y verás.
  • Mejora tu rendimiento. Muchos deportistas de todo el mundo se bañan en agua fría para recuperarse tras el entrenamiento y mejorar el rendimiento en la actividad deportiva. Según los expertos, hay un impacto de la presión del agua en el cuerpo que reduce las molestias y las inflamaciones.
  • El agua fría somete tu cuerpo a determinado estrés, pero acostumbrarse a los baños en agua fría incrementa nuestra tolerancia a ese estrés y hasta nos ayuda a dormir mejor.
  • En caso de los hombres, el frío incentiva la producción de testosterona. Ojito, no te vuelvas un superman 😉
  • Activa tu metabolismo. El frío hace que tu cuerpo tienda a calentarse para regular la temperatura, de manera que se utilizan muchas calorías de tu cuerpo para ello: no vas a engordar.

Pues ya sabes, en invierno está muy bien abrigarse para no tener frío, pero no está de más adquirir la sana costumbre de darse algún baño en la piscina, aunque sólo sea para desperezarnos, estar más sanos, para abrir tus pulmones, para estar de mejor humor o para propiciar la llegada del hijit@ que tanto deseas para que disfrute de tu piscina contigo.