otitis_del_nadadorCuando llega esta época del año, los nostálgicos nos acordamos de una canción que hizo famosa la archiconocida serie «Verano Azul». Llega el final del verano, pero esto no significa que tengamos de olvidarnos de la piscina. De lo que tampoco vamos a olvidarnos es de vosotros, nuestros usuarios, por eso os contamos qué es la otitis del nadador, cómo tratarla y prevenirla. 

Hace unos días hablábamos con un amigo y seguidor de Piscinas Iguazú. Nos comentaba que se sentía francamente mal por una otitis. Él acostumbra a nadar en la piscina durante todo el año, y ha incrementado este verano sus incursiones piscineras. Pues bien, tiene lo que se conoce como una otitis del nadador.

Teniendo en cuenta que es una afección bastante común (según las estadísticas, afecta a unas 40 mil personas al año en Europa), es posible que o bien lo hayas sufrido o escuchado de alguien que lo padeciese. Pero ¿sabes qué es realmente una otitis y a qué es debida?

Qué es 

Como sabes, casi todas los diagnósticos que acaban en «itis«, suponen una inflamación de alguna parte de nuestro cuerpo. En el caso de la otitis, ya sabes, hace referencia al oído externo. No es grave, tampoco es contagiosa, pero sí es bastante dolorosa.

Puede aparecer en cualquier persona de cualquier edad, si bien los más receptivos a las otitis son los niños (menores de 8 años), sobre todo los que pasan más tiempo en la piscina. Cuando nadamos, el agua entra a través del canal auditivo, que está normalmente recubierto de una fina película de cera.

oído-gráficoNormalmente, cuando sales de la piscina, el agua sale de los oídos, pero en ocasiones se queda dentro. La humedad dilata los poros y atrae la proliferación de bacterias, que infectan el conducto auditivo. El oído externo se inflama, enrojece y sobreviene lo que conocemos como otalgia (un dolor intenso y agudo del oído).

Los síntomas

A diferencia de la otitis media, que es la que suelen sufrir los niños cuando están resfriados, la otitis externa tiene síntomas evidentes con sólo presionar con un dedo en la abertura del canal del oído (si tocas, duele). Una vez que las bacterias han proliferado, comienza a desencadenarse un conjunto de síntomas.

  • El primero de los síntomas es un picor intenso. Cuando empieces a sentirlo, mejor no tocar ni rascarse el oído para no empeorar la afección.
  • Enrojecimiento de la zona.
  • Inflamación, incluso hasta el punto de influir en la audición, cerrando prácticamente el canal auditivo.
  • Dolor agudo. Si presionas con un dedo sentirás dolor, y hay a quien incluso le molesta durante la masticación.
  • En ocasiones hay supuración y pus, aunque normalmente no suele dar fiebre.

Como decimos, cualquiera puede sufrir una otitis externa, pero los más propensos son los que pasan mucho tiempo en la piscina, o personas con problemas de piel. Generalmente tienen fácil solución, pero siempre, siempre, acude a tu médico de cabecera.

Cómo tratar la otitis del nadador

Tu médico te tratará con gotas antibióticas y antiinflamatorios. Por supuesto, una vez que la otitis aparece, lo más recomendable es evitar contacto con la piscina. La mayoría de las otitis externas se curan por sí solas en un par de semanas.

Con el tratamiento en marcha, en tres o cuatro días irá desapareciendo la inflamación, y con ello el dolor. Esto no significa que dejes de aplicarte las gotas, si interrumpes el tratamiento la infección de reactivará y recuerda, nada de piscina durante el tiempo que recomiende tu médico.

En caso de que la inflamación haya obstruido el canal auditivo, el médico te pondrá un filamento o mecha (como una esponja con antibiótico) en el interior para que el medicamento penetre hasta la zona afectada.

Para volver a la piscina tendrás que esperar al menos diez días, si bien lo recomendable es respetar las pautas de tu médico, no te precipites.

Prevenir la otitis en la piscina

Como ya supones, al tratarse de una infección provocada por la retención del agua de la piscina dentro del oído, el mejor consejo es secar bien la zona nada más terminar de nadar. Usa una toalla suave, siempre limpia, por supuesto.

No utilices los típicos bastoncillos con algodón. La cera del oído suele inflarse al absorber agua, de modo que si empujas con un bastoncillo, lo más probable es que ayudes a la creación de un tapón.

Para prevenir, el médico suele recetar una solución en gotas de alcohol con ácido bórico que sirve para evaporar los restos de humedad que queden tras salir de la piscina y secar los oídos. Suele aplicarse por la noche, pero tampoco conviene usarse con asiduidad.

Esperamos que te haya servido. Y si te ha parecido útil, comparte! 🙂