Seguro que lo has oído muchas veces, y hasta lo hemos visto en alguna que otra película que todos recordamos. Hay incluso gente que dice que le ha pasado a algún conocido… En algunas piscinas públicas hasta colocan carteles con el aviso: ATENCIÓN: detector de orina en la piscina. Pero, ¿qué tiene esto de realidad?
Desde luego, una cosa está clara: mucha gente lo hace, especialmente los niños. Pero claro, es evidente que la orina es un producto de deshecho que produce nuestro organismo y que a nadie le gusta tener contacto con este tipo de ‘sustancia’. Menos aún si estás en bañador y te metes a disfrutar de tu día de piscina.
Pero es que, además de esta obviedad subjetiva -a nadie le gusta nadar en una piscina-urinario-, la ciencia revela que relajar el esfinter mientras te bañas en la piscina tiene ciertas repercusiones en la salud, independientemente de que tengas un buen sistema de depuración.
Como sabes, el agua de las piscinas -la mayoría- suele tratarse con cloro para mantener las condiciones de salubridad adecuada. Este elemento químico, según los científicos, reacciona de una determinada manera ante la orina, ya que en su composición lleva principalmente ácido úrico.
Según el estudio publicado en la revista Environmental Science & Technology, la orina y el sudor, mezclados con el agua de la piscina (con cloro), producen una reacción química nociva para las personas. En tan solo una hora, aparecen en el agua determinadas sustancias (tricloraminas y cloruro de cianógeno) en forma de gas, que inhalarán los bañistas que se encuentren en la instalación. Estos compuestos tóxicos en elevadas dosis tienen repercusiones pulmonares, de corazón y afectan al sistema nervioso.
Pero no te alarmes, porque según parece, haría falta una enorme cantidad de estas sustancias para que se produjeran efectos tan radicales en las personas. Sobre todo teniendo en cuenta que es algo más frecuente de lo que imaginamos (según se estima, uno de cada cinco bañistas reconoce orina en el agua de la piscina).
En muchas piscinas públicas, la forma de controlar la calidad del agua cuando hay infinidad de personas cada día, es incrementar las dosis de cloro en el agua. Seguro que te ha pasado y has salido oliendo a cloro por cada poro de tu piel. Pero esto, además de la repercusión que tiene en tu cuerpo, es contraproducente, precisamente por lo que acabas de leer: si el cloro reacciona con el ácido úrico de la orina, a mayor cantidad de cloro, más reacción química entre ambos componentes. Porque lo que está claro es que siempre va a haber alguien que se orine en la piscina.
Detector de orina en la piscina
Volviendo a eso de los detectores de orina que dejan un halo de color alrededor de la persona que micciona en el agua, ¿es cierto que existen? Vamos a ver, está claro que puedes poner mil carteles prohibiendo que alguien se deje llevar por sus necesidades, pero es imposible controlar quién lo hace.
Sí, como lees: eso de las alarmas de color es pura ficción. Como a nadie le gusta bañarse en un agua repleta de restos, hemos propalado la idea disuasoria del círculo acusador. Y claro, ante la idea de que media piscina se pueda reír a mandíbula batiente de tu incontinencia, la idea de la mancha de color es bastante persuasiva. ¿No crees?
Así que ante la pregunta de si es posible que aparezca esa mancha de color, la respuesta es que NO. De momento no se producido ningún compuesto para piscinas que cambie el color del agua al contacto con el ácido úrico de la orina. Eso sí, hemos conseguido que se convierta en una verdadera ‘leyenda urbana’.
Pero oye, que no exista este detector del que tanto hemos oído hablar, no significa que te relajes y en lugar de usar el baño, si lo necesitas, utilices la piscina de urinario, no, no, no. Debes pensar siempre en los demás, y en ti mismo, por supuesto, y asumir y transmitir entre los tuyos las normas básica de higiene y comportamiento. Además de tener en cuenta que, como está demostrado, no es nada bueno para nosotros bañarnos en ‘aguas turbias…’