Tal vez tengas una vida sedentaria, quizá te duela la espalda, los músculos. ¿Fumas? Seguro que dices que te fatigas pronto cuando realizas algún ejercicio. Excusas… que si no aguanto, que si ya estoy mayor, que si me salen agujetas, que no tengo tiempo… Sabemos que empezar a realizar alguna rutina deportiva es una ardua tarea, pero oye! debes empezar el año con algún buen propósito. La piscina es el mejor gimnasio para mantenerte siempre joven.
A ver, no te tomes esto de la “eterna juventud” al pie de la letra, ¿vale? Si tienes una piscina, seguro que es fantástica, pero no sueñes con que vas a sentirte como uno de los ancianos de Cocoon, porque estas cosas sólo pasan en el cine. Sin embargo, la piscina es uno de los mejores lugares para ponerse en forma, mejorar la condición física y sentirse estupendamente. Y es que la natación es uno de los deportes más recomendable para unas cuantas cosas, sobre todo a partir de determinadas edades.
Beneficios de la natación
Como decimos, no hace falta ser un atleta, ni la persona más sana del barrio, comunidad o urbanización. No tienes que estar entrenad@, ni tener el físico de Tarzán. Sólo necesitas una piscina, unas gafas de nadar, un gorro y un bañador. Bueno, también un poco de voluntad y conocer los beneficios que supone la natación:
- Consigue fortalecer tu musculatura, aunque haga años que no muevas un dedo. Con que nades dos o tres veces por semana, unos cuarenta minutos por día, irás incrementando tu potencia, tu resistencia y tu flexibilidad.
- La natación es un ejercicio aeróbico con el que logras los beneficios del running o el ciclo indoor, pero sin ningún impacto, ya que en el agua tu peso es un 10% del real y tienes una mayor movilidad (sobre todo si tienes algo de sobrepeso).
- Mejora las capacidades cardio-respitatorias.
- El deporte te cambia el estado de ánimo, te sentirás más animad@, con lo que mejorará tu calidad de vida.
- Por supuesto, te vas a sentir más guap@. Quemarás calorías e irás perdiendo peso y definiendo la figura. En la piscina, tus músculos trabajan cinco veces más que en la tierra.
- Tendrás un cuerpo más resistente y una musculatura mucho más flexible.
- Tu columna vertebral será más flexible, tendrás mayor capacidad de movimiento y con ello tendrás menos dolores de espalda.
- Al hacer deporte, tu corazón se irá haciendo más elástico, mejorará tu circulación, tu presión arterial.
- Te servirá para eliminar el estrés. Relajarás tu cuerpo y mientras nadas no pensarás en nada.
Natación para todos
Pero sobre todo para la gente con más edad. Después de haber leído todos estos beneficios que reporta pegarte unos largos cada semana en la piscina, ya te podrás ir haciendo una idea de que la natación es un deporte ideal para la gente algo más mayor.
Si tienes más de 60, este quizá sea tu deporte ideal (por supuesto, siempre debes consultar a tu médico antes de comenzar con cualquier actividad deportiva).
Además de incrementar tu fuerza, como decíamos antes, nadar en la piscina te aportará otros beneficios. Incrementará tu capacidad motriz, ayudará a conservar más sana tu memoria, ya que requiere estar concentrado y a mantener una buena coordinación de tus movimientos. También mejorará tu equilibrio y despabilará tus tiempos de reacción. Vamos, que te vas a sentir como un chaval!!
Consejos para los que empiezan
Como decimos, la natación puede ser unos de los propósitos para este nuevo año que llega. Y no es ningún disparate hacerte de lo necesario (además del bañador, un poco de ánimo y ganas de mejorar) para empezar a sentirte mucho mejor contigo mismo.
Si hace mucho que no practicas deporte, es importante tomárselo con calma, y siempre con tesón. Es decir, no te lances a nadar un día hasta la extenuación para no volver hasta el año que viene. Error!
El primer día, no te vuelvas loc@ moviendo los brazos y piernas en la piscina como si fueras una batidora, sólo lograrás agotarte y no volver. Los récords del mundo ya están batidos. Ve pasito a pasito, o llevándolo a nuestro terreno, en la piscina, brazadita a brazadita ¿no?
Elige dos o tres días por semana, y empieza suavemente, nadando despacio y poca distancia. Según vayas cogiendo forma, irás incrementando tiempos de entreno.
Lo mejor es plantear un entrenamiento de intervalos. Esto se traduce en unos 5 ó 7 minutos de calentamiento donde nadarás suave. Después deberías realizar un par de bloques de 10-12 minutos más intensos con un par de minutos de descanso entre uno y otro (el descanso no significa parar, si no seguir nadando pero a un menor ritmo). Para terminar, deja unos cuatro o cinco minutos para ir bajando el ritmo, lo que se conoce como vuelta a la calma.
Por supuesto, no te agobies con esto. Si lo haces es para mejorar tu ánimo, tu calidad de vida, tu salud y tu bienestar. Por eso, si vas a nadar, no te puedes olvidar de una cosa esencial: pasarlo estupendamente.