Ante la inminente llegada del verano son muchas las dudas acerca de si las piscinas públicas de comunidades de propietarios abrirán finalmente. El día 14 de mayo de 2020 el Ministerio de Sanidad de España ha publicado una serie de recomendaciones negociadas con ASOFAP y ASEPPI (asociaciones de empresas representantes del sector de la piscina) basadas en un estudio del CSIC para garantizar la seguridad y la salud en las piscinas, .
En este post de Piscinas Iguazú, vamos a ceñirnos exclusivamente a analizar las limitaciones que a lo largo de los años nos hemos encontrado a la hora de tratar el agua de las piscinas de las Comunidades de Propietarios, en función de las instalaciones técnicas que normalmente poseen. Como lo nuestro es el agua no entraremos a valorar las recomendaciones sobre la limpieza y desinfección de las zonas comunes sobre las que también se pronuncia el documento del Ministerio de Sanidad.
Medidas básicas a tomar en cuenta en piscinas en Comunidades de Propietarios
Para empezar, es crucial que todos los bañistas y personal laboral de la instalación de piscina tomen conciencia de la gran responsabilidad moral de prevenir el contagio de la enfermedad estableciendo los medios oportunos para evitar contagiar y ser contagiados.
´´Por ello, todo usuario/a y trabajador/a, deberá cumplir las medidas de distancia social y el resto de medidas recomendadas´´.
Es muy recomendable que los principales grupos vulnerables no asistan a la instalación o, en caso de que lo hagan, sea bajo su responsabilidad. El Ministerio de Sanidad ha definido como grupos vulnerables a las personas mayores de 60 años y aquellas diagnosticadas de hipertensión arterial, diabetes, enfermedades cardiovasculares, enfermedades pulmonares crónicas, cáncer, inmunodeficiencias y embarazadas, siguiendo el principio de precaución.
El Coronavirus se elimina, siempre que se aplique el tratamiento de desinfección adecuado
La primera medida básica en lo referente al agua es el cumplimiento estricto de la normativa vigente nacional, autonómica o local relativa a estas instalaciones en materia de valores del agua.
´´Según el estudio del CSIC, parece ya seguro que el Coronavirus no sobrevive en aguas de piscina, siempre cuando el nivel de desinfectante sea el correcto´´.
Es importante subrayar que en el estudio del CSIC no se aclara cuánto tiempo le lleva al cloro elminiar el coronavirus, información que a nuestro parecer tiene un valor trascendental. En cualquier caso, cual es el nivel de desinfectante idóneo? Pues bien, para que el agua de la piscina esté desinfectada y tenga capacidad desinfectante (así lo exige la normativa) el cloro libre se situará a partir de 0,5 mg/l. Si logramos asegurar este valor evitaremos que el coronavirus sobreviva en el agua.
Por otro lado, la normativa vigente establece un valor máximo de cloro libre en el agua de 2.0 mg/l. Con valores superiores de cloro libre en el agua, tendremos efectos nocivos para la salud; la piel, ojos y mucosas pueden verse afectadas e irritadas debido a lo agresivo que resulta el desinfectante.
Además tenemos otro valor que controlar, obligatorio por normativa, y que resulta clave equilibrar correctamente no solo para que el cloro cumpla su cometido y sea efectivo sino para que el agua no sea un medio hostil para nuestra salud. Este valor es el pH del agua que deberá estar entre 7.2 y 8.0.
Por lo tanto, tenemos dos rangos fijados entre los que deben situarse siempre nuestros indicadores, el cloro libre entre 0.5 mg/l y 2.0 mg/l, y el pH entre 7.2 y 8.0. Ni más ni menos.
´´Debemos asegurar el desinfectante exacto para que el virus no sobreviva en el agua sin que sea nociva para nuestra salud´´.
Cumplir exigencias con instalaciones deficientes
Asegurar la desinfección para eliminar el Coronavirus sin que sea agresivo para nuestra salud. Es una premisa que, como puede suponer el lector, no es fácil de cumplir teniendo en cuenta el insuficiente equipamiento técnico con el que cuentan las comunidades de vecinos que generalmente escatiman y se decantan por ´´lo más barato´´ en medios y servicios sin valorar otros factores.
Nos encontramos pues, ante una premisa perversa y peligrosa: el coronavirus se elimina en el agua siempre que se aplique el tratamiento adecuado, pero lamentablemente en las comunidades de propietarios los equipos existentes no permiten garantizar un tratamiento adecuado y vamos a explicar por qué.
´´Las instalaciones técnicas actuales de la mayoría de las piscinas comunitarias no van a ser suficientes para asegurar la calidad del agua ante la amenaza del coronavirus´´.
Pensemos por un momento en cuales son los equipos encargados de la desinfección que, por lo general, encontramos en las comunidades de propietarios. De forma general existen las siguientes tipologías:
- No existe ningún equipo de desinfección: Las piscinas son mantenidas con pastillas de cloro.
- Piscinas mantenidas con dosificador de cloro líquido.
- Piscinas mantenidas con equipo de cloración salina.
PISCINAS MANTENIDAS CON PASTILLAS DE CLORO
La normativa no permite este tipo de sistema de desinfección en Comunidades de Propietarios.
- Artículo 29. Aditivos para el tratamiento del agua.
“La adición de desinfectantes o cualquier otro aditivo se realizará mediante sistemas de dosificación semiautomáticos o automáticos para cada uno de los vasos de la piscina.”
Con las pastillas no podemos controlar de forma eficiente el nivel de desinfectante, es imposible regularlas ni dosificarlas, en consecuencia será una agua desequilibrada y muy poco segura. Este sistema a partir de este año debería quedar de una vez totalmente erradicado, porque de lo contrario no se podrá garantizar la eliminación del coronavirus en el agua.
PISCINAS MANTENIDAS CON DOSIFICADOR DE CLORO
Es el sistema más empleado en este tipo de instalaciones, el cloro de toda la vida; aunque el auge de la cloración salina y sus múltiples beneficios está haciendo que muchas comunidades decidan dar el paso y sustituir su dosificador de cloro líquido por un equipo de sal.
El sistema de desinfección mediante dosificador de cloro se trata de un sistema semiautomático mediante el cual un equipo (dosificador) bombea a la piscina el cloro almacenado en un bidón. El aparato permite establecer manualmente una frecuencia de impulsos X para que impulse una cantidad de cloro determinada a la piscina en base al resultado de la medición realizada por el socorrista. En Madrid, la normativa establece que deben realizarse 2 o 3 tomas en función de la ubicación. Aun no se sabe la frecuencia exacta que establecerá Sanidad este verano pero han adelantado la recomendación de que se realicen mediciones mínimo cada hora.
¿Cómo se regula el agua de la piscina? Determinar el cloro libre
En este punto debemos hacer varias consideraciones para que se entienda perfectamente cómo se regula habitualmente el cloro en el agua de una piscina de Comunidad de Propietarios: Generalmente los socorristas realizan la medición del agua de la piscina porque los técnicos de mantenimiento normalmente pasan por la instalación 2 veces a la semana y supervisan el trabajo del socorrista entre otras labores; también dan apoyo telefónico pero no pueden ayudarle presencialmente en cada medición. Como decíamos, es el socorrista quien recoge una muestra de agua con el analizador (podemos ver un analizador en la imagen) , agrega una pastilla para medir el cloro y otra para el pH. El agua se tinta y adquiere un tono que debe ser comparado con la escala colorimétrica que se corresponde a su vez con una escala numérica para determinar el resultado del análisis. Este resultado se refleja en el Libro de Registro de la piscina, obligatorio en cada instalación.
Las gamas de colores de estos medidores son muy sutiles como se puede apreciar en la fotografía, (de 0,3 mg/l a 0,5 mg/l la diferencia visual es casi inapreciable) y esto puede llevar a error a la hora de determinar los resultados porque es muy difícil acertar al 100%, es una apreciación subjetiva. Es decir, aquí nos encontramos ante un factor de riesgo: el factor humano. El socorrista puede ver un valor y el agua tener otro diferente. Tenemos que subrayar que las diferencia de matices entre valores son muy leves y el riesgo de recoger una medición que no sea fiel a la realidad es elevado.
Por nuestra experiencia, hemos comprobado que incluso a socorristas con experiencia, les cuesta trabajo identificar los valores con el color de la muestra. El análisis se complica aún más en personas daltónicas. Estas mediciones sirven para tener más o menos controlado que hay desinfectante y hasta ahora ha sido suficiente, pero esta nueva realidad con el covid acechando nos obliga a que los resultados de los tests diarios de agua sean lo más certeros posibles.
´´Disponer de un sistema de dosificador de cloro por sí solo no garantiza la eliminación del coronavirus en el agua´´.
Cómo resolveríamos este problema para no depender de la determinación objetiva del socorrista? Pensamos que es imprescindible la adquisición de un fotómetro cuyos resultados serán precisos y sobre todo, objetivos.
El siguiente paso tras haber determinado los valores de cloro libre y pH en el agua con el medidor, es configurar el dosificador de cloro para que aporte la cantidad de desinfectante que se estima que necesite la piscina. En este punto encontramos una nueva dificultad: los equipos de dosificación de cloro que tienen por norma general las comunidades esta estimación no es 100% precisa, ya que se va ajustando en base a medición/corrección. El socorrista mide el valor de cloro en el agua y ajusta el cloro en el dosificador, mide de nuevo y así va ajustando; al realizar estas tareas se ausenta de la instalación y no presta la indispensable vigilancia.
El valor de cloro es muy cambiante pues se volatiliza fácilmente con el sol, la suciedad o el uso de la piscina por los/las bañistas por lo que este modo de ajustar el cloro es muy arcaico, poco fiable y no asegura en absoluto la estabilidad que exige la normativa. Es muy fácil que haya oscilaciones que incumplan los niveles puntualmente tanto por arriba como por debajo de lo permitido.
En conclusión, disponer de un sistema de dosificador de cloro por sí solo hasta ahora fue suficiente; no parece que garantice la seguridad del agua con las nuevas exigencias.
PISCINAS MANTENIDAS CON CLORADOR SALINO
El sistema de cloración salina se ha popularizado mucho en los últimos años y como decíamos está poco a poco desbancando al sistema con dosificador de cloro tradicional. A partir de la sal que diluimos en el agua y tras el paso de este por una célula, se transforma la sal en cloro y el cloro después de desinfectar vuelve a convertirse en sal en un proceso cerrado y circular; es como tener una minifactoría de producción de cloro en la piscina. Funciona muy bien, es un sistema ya asentado y es muy fácil de usar. Se maneja mediante un cuadro sencillo; encendido, apagado y producción de cloro con dos botones ´más´ y ´menos´ que nos permite configurar la producción de desinfectante de 0 a 100%. Este sistema puede acompañarse opcionalmente con la instalación de un regulador de pH.
El único impedimento de este sistema es que los ajustes han de hacerse manualmente en base a la medición del analizador (al igual que con el dosificador de cloro) por el socorrista o por el encargado de mantenimiento (El técnico, recordemos, pasa por la piscina dos veces a la semana en los servicios que habitualmente se prestan). El propio equipo de cloración salina no viene equipado de por sí con un sistema que permita ajustar la producción de cloro de forma automática, es decir, se trata de un sistema semiautomático, no automático porque no regula automáticamente la dosificación para mantener el equilibrio del agua y por lo tanto no evitamos tampoco que el socorrista tenga que ausentarse a realizar el ajuste.
´´La cloración salina es un sistema que debe ir ajustandose manualmente para garantizar el desinfectante en el agua, no garantiza de forma automática los valores´´.
La solución recomendada por Iguazú, para mantener las piscinas de comunidades de vecinos seguras
Para garantizar una experiencia de baño óptima, que no se incumpla la normativa que establece el rango de valores obligatorios entre 0,5 mg/L y 2,0 mg/L para el cloro libre y para Ph de 7,2 y 8.0 y, en definitiva, para que el coronavirus muera al tener contacto con el agua desinfectada y desinfectante, en Iguazú recomendamos la instalación de un sistema controlador automático.
Este equipo nos permitirá mediante dos sondas, medir el nivel de cloro y pH en agua. En el equipo controlador automático estableceremos los rangos máximo y mínimo entre los que queremos que se encuentre tanto el cloro como el pH de la piscina. El sistema posee los controles necesarios para asegurar el tratamiento químico en todo momento, con la capacidad de corregir cualquier desvío o avisar en caso necesario. Y muy importante, el controlador automático puede controlar tanto los cloradores salinos como los dosificadores de cloro líquido, asi como los reguladores de pH ya existentes en cada Comunidad de Propietarios.
´´Para garantizar el cumplimiento de la normativa y la eliminación del coronavirus en el agua es imprescindible la instalación de un sistema controlador automático´´.
De este modo nos libraremos de realizar las operaciones de medición y ajustes de manera manual. El equipo mantendrá, automáticamente, los niveles programados para tener siempre un agua equilibrada y además se podrá controlar (subir, bajar, adecuar los niveles) monitorizar y configurar desde el móvil u ordenador así como consultar el histórico de niveles.
La opción alternativa, si las Comunidades no desean invertir en equipamiento, es que exista una persona de apoyo al socorrista durante la apertura que se encargue de las exhaustivas y constantes mediciones, del control del aforo y de la limpieza y desinfección de las zonas comunes tal y como recomienda Sanidad.
En conclusión, advertimos que las instalaciones actuales de las comunidades de propietarios por lo general no aseguran la desinfección ni el cumplimiento a rajatabla de los valores de cloro y pH exigidos durante todas las horas en las que la piscina está abierta.
Hablamos de instalaciones muy concurridas por niños y niñas, mayores y no tan mayores, merece la pena invertir en piscinas proactivas y automatizadas, en la tecnología que tenemos a nuestra disposición para garantizar un verano sin covid. Nuestra recomendación no puede ser otra: así, la medición que debe hacer el socorrista se realizará mediante medidor digital para eliminar los problemas de interpretación del resultado; la desinfección recomendamos que se haga con un clorador salino, el pH dosificado por un regulador automático y todos estos equipos serán coordinados por el controlador automático que garantizará la linealidad de los valores y el cumplimiento de la normativa. La garantía absoluta, nada desdeñable, la conseguiríamos si además instalaramos una lámpara ultravioleta creando un sistema de doble desinfección totalmente eficaz. De este modo conseguiremos hacer de la piscina un entorno totalmente seguro y eficaz frente al coronavirus.
En Iguazú instalamos este tipo de sistemas que regulan y dosifican automáticamente para que solo tengas que preocuparte de disfrutar del agua. Si estás interesado llámanos y te haremos llegar una propuesta, estaremos encantado de ayudarte.
Un comentario
Thanks for sharing, this is a fantastic post. Much thanks again. Shaine Heindrick Pain