El invierno es la estación más dura del año y, sin duda, la más estricta en sus condiciones para los elementos exteriores. Si has seguido nuestro blog, habrás leído qué hacer con la piscina para afrontar estos meses. El frío y las bajas temperaturas atacan a nuestra piscina y deterioran los materiales que la conforman, ya sean metal, maderas, plásticos o cerámicas. Además, cada invierno, sobre todo en zonas muy frías, el agua cambia de estado. ¿Sabes qué hacer cuando se hiela el agua de la piscina? 

Para conservar  lo máximo posible las condiciones de nuestra instalación, hay que tener en cuenta una serie de premisas de mantenimiento, si bien es cierto que los elementos, con el paso de los años, se irán desgastando y envejeciendo. Nada es para siempre, ¿no?

Las cuestiones de la física son indiscutibles. Cuando la temperatura del ambiente baja de cero grados centígrados, el agua experimenta un cambio de estado.

Vamos, que se congela. Si eres el afortunado propietario de una piscina, y vives en una zona donde los inviernos son rigurosos, seguro que has visto capas de hielo en la superficie, muchas veces tan gruesas que incluso puedes caminar o patinar como si la piscina fuera una pista -un consejo, no lo hagas porque el hielo puede romperse y a nadie le agrada un baño en agua helada. Aunque si el baño es voluntario, ya sabes que es bastante saludable-.

Los efectos del hielo

Por muy divertido que pueda sonar eso de tener la piscina como una pista de patinaje, la realidad es que para la instalación supone un riesgo que debemos tratar de subsanar. Al congelarse, el efecto dilatador del agua al pasar de estado líquido a sólido  hace que la piscina sufra el impacto de la presión del hielo en las paredes y en los elementos empotrados, los skimmers, las aspiraciones, el revestimiento… El resultado de este efecto son las bien conocidas grietas que incluso pueden llegar a partir el vaso, con lo que ya tenemos montada una buena avería en la estructura de nuestra piscina. Y seguro que no quieres que esto suceda.

La manera más eficaz de garantizar que no se congele el vaso, es instalar un cobertor de protección. Pero si no disponemos de una lona, podemos evitar los efectos del hielo de una forma sencilla que atenúe y reduzca la presión del agua congelada. Estos son los pasos que aconsejamos para que sea práctico y quede cuco.

Pasos a seguir para evitarlo

  • Si la piscina es de skimmers, es necesario vaciarla por debajo de los mismos (pueden romperse si se cubren de hielo, y el vaso en este punto es más débil).
  • agua-de-piscinas-heladaPodemos emplear garrafas de plástico de un producto cualquiera, nosotros colocamos bidones de 25 litros. Es mejor que todas tengan la misma forma y color por cuestiones de estética, lógicamente. Hay gente que tira tablones de madera, botellas de plástico, porexpan o corcho blanco, e incluso balones de fútbol. En estos años hemos visto de todo, pero  además de causar una pésima imagen, pueden ensuciar el agua.
  • Llena el bidón de agua, más o menos a la mitad para que quede parte dentro y parte fuera cuando lo pongas en la piscina. Si arrojamos el bidón vacío, quedará flotando en la superficie y no cumplirá su función.
  • Ata todos los bidones entre sí con una cuerda. Es mejor que no estén sueltos para que, a la deriva, no se acumulen todos en un mismo lugar. Así no servirían de mucho.
  • El número de bidones vendrá condicionado por el tamaño de la piscina. Basta colocar un bidón cada dos metros aproximadamente.
  • Los extremos de la cuerda se atan a cualquier poste exterior, y la disposición debe ser en diagonal a la piscina.
  • Echamos la cadena de bidones al vaso de la piscina y, posteriormente, tapamos con nuestra lona de invierno en caso de disponer de ella.

De esta forma, cuando  las temperaturas bajen drásticamente y comiencen las heladas nocturnas, con este sistema sencillo conseguiremos que los bidones amortigüen la presión ejercida por el hielo, con lo que protegeremos  el vaso e incrementaremos la vida de nuestra querida piscina.

Tener el sistema de depuración funcionando también ayuda a que el agua no se congele, pues estaría en movimiento. Así, con estos sencillos consejos, habremos conseguido ahorrarnos un quebradero de cabeza y proteger la integridad de la estructura de la piscina. Si necesitas saber algo más o crees que podemos ayudarte, no dudes en contactar con nosotros. Estaremos encantados de atenderte 🙂