cloro_piel_piscina_mitos¿Sabías que cada persona que se baña en una piscina deja en el agua unos 30 millones de bacterias? Precisamente por eso es fundamental el tratamiento del agua para evitar la proliferación de todo tipo de ‘bichejos’. El producto empleado en la mayoría de las piscinas es el cloro, un agente desinfectante que elimina los patógenos. Pero claro, no deja de ser un químico que, usado sin conocimiento, puede generar algún que otro inconveniente. Vamos con ello: el cloro de la piscina y la piel.

En más de una ocasión, por bañarte en la piscina, se te han puesto los ojos rojos. Hay a quien le pica la piel, y a la mayoría se nos reseca después de nadar unos largos, ¿verdad? Pues son algunos de los efectos del cloro cuando no se respetan los valores recomendados. En realidad, si todo se hace de la manera correcta, todos estos inconvenientes, o casi todos (lo de la piel deshidratada es bastante frecuente tras un día de piscina) no suelen tener lugar.

Qué es el cloro 

Pues para la mayoría de nosotros era un elemento del sistema periódico que repetíamos como loros en el grupo de los halógenos cuando íbamos a clases de química. Pero además, es un agente químico que en determinadas concentraciones suele irritar las mucosas y el aparato respiratorio (sobre todo en personas más sensibles).

Según la norma establecida, la cantidad de cloro que debe tener el agua de una piscina debe estar entre 0,20 y 0,60 miligramos por litro (el cloro lo percibimos por el olfato cuando contiene 0,30 mg/l). Si nuestra piscina tiene más cloro del necesario, el primer efecto sobre nuestro organismo se aprecia en los ojos, que enrojecen, luego se seca la nariz, la garganta…

piel_resecaYa lo sabes, el cloro en la piscina influye en la hidratación natural de nuestra piel, la reseca. Como hemos dicho, cada bañista suma un montón de nuevas bacterias al agua -eso contando con que cumpla con las normas básicas de higiene y comportamiento-. Normalmente, si la piscina está bien tratada, los picores de piel suelen venir por esa masa bacteriana que se deriva de los contaminantes del sudor, la orina, los cosméticos, cremas…

Eso de la piel seca se conoce entre los profesionales de la salud como «xerosis del nadador» y viene provocada, generalmente, por pasar mucho tiempo metido en la piscina (siempre que esté tratada con cloro). El agua clorada resta hidratación a la piel cuando salimos de darnos un baño y nos secamos. También se nota en el pelo, por eso os contamos cómo podéis evitar estos efectos del cloro con unos cuantos consejos.

Mitos sobre el cloro: ¿verdad o mentira?

Existen muchos mitos sobre la exposición de las personas a este elemento, pero no todo lo que se dice tiene un soporte científico.

Seguro que has oído alguna vez eso de que el cloro es perjudicial para el sistema respiratorio, sobre todo para niños. En realidad no existe ni una sola evidencia científica de que esto sea así, sobre todo si la piscina (sea abierta o climatizada) cumple con las normas de mantenimiento.

Si tragas agua de la piscina, no pasa absolutamente nada, siempre y cuando los procesos de tratamiento del agua cumplan con la norma y los usuarios de la instalación sean responsables. Piensa que el agua que bebemos también tiene cloro, aunque en menores concentraciones.

Si la piscina cumple con los estándares de calidad del agua, no tiene porqué picar la piel, ni enrojecerse los ojos. Si el agua está perfecta, y sientes esos síntomas, seguramente el cloro de la piscina no tiene nada que ver y se deba a que el pH del agua está desequilibrado. En todo caso si esto sucede, acude a tu dermatólogo.

Consejos para proteger tu piel del cloro

piel_reseca_consejos1. El primero, fundamental, ducharse antes de darte un baño en la piscina. Con ello nos desprendemos de ciertas bacterias que podemos llevar en el sudor, o en los pies descalzos, por ejemplo. Además de útil, es un gesto de civismo y comportamiento adecuado y saludable. Al salir de la piscina, otra vez a la ducha para que el agua del grifo arrastre la mayor cantidad de cloro posible de nuestro pelo y piel.

2. Cuando llegues a casa, de nuevo a la ducha, pero ya con jabón para acabar con todo el cloro que pueda quedar en la piel.

3. Llega el momento de recuperar la elasticidad de la piel: usa crema hidrantante y aplícala por tu cuerpo y tu cara. Si quieres, utiliza una crema exfoliante para terminar de eliminar cualquier resto de cloro que pueda quedar.

4. El pelo también sufre unas consecuencias similares, se reseca. Por eso es recomendable, si pasas mucho rato en la piscina, utilizar un gorro de baño. En la ducha, ya en casa, utiliza acondicionadores (esto se lo dejamos a los expertos, que podrán asesorarte en función del tipo de cabello que tengas).

5.  Instalando un equipo de sal (electrólisis salina, ultravioleta) o en general cualquier otro sistema sostenible y respetuoso con el medio ambiente y también con tu piel, podrás disfrutar de un agua mucho más saludable.

Ahora que empieza a cambiar el tiempo, ya empezamos a pensar en pasar mucho tiempo al fresco de nuestra piscina. Por eso, si tienes amigos, familia o vecinos a quien pueda interesar este artículo, compártelo con ellos. Y nosotros tan contentos, ¿eh? Disfruta de la piscina!!!